El santoral del 9 de agosto tiene como figura central a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, también conocida como Edith Stein, una intelectual judía convertida al catolicismo que murió en un campo de concentración nazi. Su vida es símbolo de fe, pensamiento y compromiso hasta las últimas consecuencias.

También se conmemora a santos como San Román de Roma, San Juan de Rila y San Firmo de Verona, entre otros.

Santa Teresa Benedicta de la Cruz: la mártir del pensamiento

Nacida en 1891 en Breslavia (hoy Polonia), Edith Stein fue una brillante filósofa alemana de origen judío. Influenciada por el pensamiento de Edmund Husserl, se convirtió al catolicismo en 1922 y poco después ingresó a la orden de las carmelitas descalzas, adoptando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz.

Durante el régimen nazi, fue arrestada por su origen judío y enviada al campo de exterminio de Auschwitz, donde fue asesinada en la cámara de gas el 9 de agosto de 1942. Fue canonizada por el papa Juan Pablo II en 1998 y proclamada copatrona de Europa junto a Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de Siena.

Su legado combina espiritualidad, racionalidad y testimonio: una santa moderna en todos los sentidos.

Otros santos y beatos del 9 de agosto

Además de Teresa Benedicta de la Cruz, el calendario litúrgico recuerda a:

San Román de Roma: mártir del siglo III, ejecutado por su fe durante la persecución de los emperadores Valeriano y Galieno.

San Juan de Rila: ermitaño búlgaro del siglo X, considerado el padre del monacato eslavo. Fundador del famoso monasterio de Rila, es uno de los santos más venerados de Europa del Este.

San Firmo de Verona: mártir del siglo III que predicó el cristianismo en el norte de Italia y murió decapitado por orden del gobernador Anulino.

Beato Florencio Dumontet de Cardaillac: sacerdote francés asesinado durante la Revolución Francesa por negarse a prestar juramento a la Constitución Civil del Clero.

¿Por qué es importante el santoral?

El santoral es una tradición de la Iglesia católica que recuerda, día tras día, a hombres y mujeres que vivieron su fe de manera ejemplar. Para muchos, también es el día del onomástico, cuando se celebra a quienes llevan el nombre de algún santo.

El 9 de agosto es una jornada especial para quienes se llaman Teresa, Edith, Román, Firmo o Juan, y también una oportunidad para reflexionar sobre el valor del testimonio, la fe y la dignidad en tiempos de oscuridad.